Recomendaciones de Conchin: GAZTELUXO, Benidorm

No hace falta que explique el ambiente y la cantidad de gente que visita este pueblo de la Costa Alicantina. Aquí se disfruta de un microclima espectacular, el sol lo tienen como un vecino más del pueblo, el cual casi pasa los 365 días del año en este pueblo.

A la hora de ir de tapas, hay un lugar, entre la gran oferta que aquí existe, que destaca por la alta calidad de sus productos. Este siempre está a tope, siempre hay que esperarse para poder tomar; una tapa, un vino, una sidra, acompañados de; boquerones fritos, morcilla de arroz de calidad y muy bien presentada, unos calamares muy acertados y los diferentes pinchos que llenan la barra.

Este fin de semana he tenido de la oportunidad de visitar el local de GAZTELUXO.

C/ Santo Domingo, nº 7

Benidorm (Alicante)

Allí nos atendió Jonathan, atento, simpático y dedicado a hacerle al cliente la estancia en el local lo más cómoda y agradable.

Hoy hemos venido a degustar platos que ya conocíamos; primero nos hemos pedido u bocadillo de jamón, para esperar los platos que iban a componer nuestra comida. Este bocadillo, el jamón bueno, sabroso, untuoso con su grasita justa, el pan, no estuvo a la altura.

Nuestro primer plato importante fue el bacalao frito sobre rosca de pan; frito en su punto, bien desalado y su gelatina impregna el pan y hace de esta tapa un bocado delicioso.

Después nos llegaron las manitas de cerdo con un sofrito de chorizo y un buen pimentón: gelatinosas, tiernas y suculentas, los labios se te quedaban pegados y el pan para mojar desaparecía por momentos. Buenísimas.

Y por último la joya de la corona, a mi entender, el Bacalao al Pil Pil.

Una buena ración, que da para casi dos raciones, el bacalao de muy buena calidad, el Pil Pil trabada perfectamente, con sus ajos dorados. La carne del pescado se abrían como paginas blancas y gelatinosas de un libro de gusto y placer. 

 Sin dejar de entender que este loca no es un restaurante y que se trata de una taberna vasca de tapas y raciones, vale la pena un visita para degustar los productos que allí se ofrece. Todo regado con un vinito blanco de la casa, que no desentonaba con la comido.